"DE MOLINERO CAMBIARÁS, PERO DE LADRÓN NO ESCAPARÁS"
La gente del pueblo llevaba el grano a moler y en vez de pagarle al molinero, este se cobraba el trabajo realizado con la maquila, que consistía en un poco de la harina que había sacado del grano del cliente.
La gente del pueblo llevaba el grano a moler y en vez de pagarle al molinero, este se cobraba el trabajo realizado con la maquila, que consistía en un poco de la harina que había sacado del grano del cliente.
El origen del refrán radica en que los molineros tenían fama de quedarse con demasiada harina, según decían los pobres agricultores, lo que llevó a calificarlos de "ladrones" en este refrán castellano.
El dicho se aplica cuando queremos hacer ver que, tanto en los negocios como fuera de ellos, todo el mundo trata de engañarnos por su propio beneficio y por mucho que busquemos no encontraremos gente honrada.
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