HAY QUE
SABERLO TODO…
Independientemente de
que las medidas de austeridad que está poniendo en marcha el gobierno nos
parezcan o no acertadas, os invito a recapacitar leyendo este interesante
artículo acerca del enorme fracaso de nuestro actual sistema educativo, no a raíz de los agrios recortes, sino incluso en momentos de plena bonanza
económica.
No es el caso de discutir
si se trata o no de medidas injustas o innecesarias, puesto que si nos basamos
en nuestra experiencia propia, en la que entran a actuar los sentimientos, por
supuesto que detrás de cada persona hay una historia. Pero no nos equivoquemos
tratando de politizarlo todo. Por muy duro que suene, más dinero puede ser
igual a más recursos, mayor comodidad, mejores prestaciones, pero todo eso no
tiene por qué traducirse en un mayor aprendizaje.
Sandra Moneo. Libertaddigital.com 2012-05-25
España tiene importantes
carencias en materia educativa. Basta con observar los informes internacionales
–referencias incuestionables a nivel mundial– para darse cuenta de la terrible
desventaja en la que se encuentran los alumnos españoles en relación a los de
otros países desarrollados. Según datos del último informe PISA, España ocupa
el tercer puesto por la cola de un total de 19 países en Lectura. Nos superan
países como Grecia, Portugal, Francia o Reino Unido.
También estamos por debajo de la
media europea en Matemáticas y Ciencias. Ante estos resultados lo más
recurrente, sobre todo por aquellos que siguen negando que el problema pueda
estar en el modelo educativo, es dirigirse a comparar el esfuerzo económico que
realizan los países de nuestro entorno y cuanta es la inversión en el nuestro
en lo que a educación se refiere. Curiosamente no es este un terreno donde
nuestro país se encuentre en desventaja. El gasto de España en educación es un
20% superior al de la media de la OCDE y de la Unión Europea. Tampoco nuestra
situación es precaria en relación al profesorado. Nuestra ratio en relación al
número de alumnos por profesor en educación secundaria se sitúa en 8,5 frente
al 12,1 de la Unión Europea. Sin embargo tenemos un abandono educativo
temprano, el 28,4%, que dobla la media europea.
En resumen, más inversión, más
profesores, lo que en la práctica podría traducirse en una enseñanza más
personalizada, y peores resultados. Invertimos cantidades importantes en
educación y pese a todo nuestro resultados no son buenos, en algunos aspectos
han empeorado en los últimos diez años.
Si dirigimos nuestra mirada hacia
la universidad los datos son similares. Importante esfuerzo económico, el gasto
por alumno entre 1995 y 2008 se incrementó un 38% frente al 14% de media de la
OCDE y a pesar de la amplia oferta, 79 universidades, ninguna entre las 150
primeras del mundo.
Es evidente que algo falla en el
sistema educativo español. Estamos destinando importantes recursos a un sistema
fallido. Un sistema que desterró de las aulas la cultura del esfuerzo, el
respeto por el profesorado, la búsqueda de la excelencia, la transparencia, la
rendición de cuentas. Un sistema que se desarrolló en el conformismo y que
justificó su existencia en la inversión sin límites.
Estamos a tiempo de cambiarlo. El
peor enemigo de la educación española es el inmovilismo. Ninguna de las medidas
adoptadas por el gobierno para la racionalización del gasto incidirá en la
calidad del actual sistema. Son medidas similares a las que se aplican en el
resto de Europa con mejores resultados. Lo único que puede incidir en la mejora
de la calidad es la reforma del sistema. Comenzando por dotar al profesorado de
un Estatuto que diseñe un verdadera carrera profesional, cambiando el sistema
de acceso, reformando la Educación Secundaria, ampliando el Bachillerato a tres
años –como existe en la mayoría de países europeos– fortaleciendo los
contenidos comunes y las materias instrumentales, aplicando una política de
evaluación y transparencia, en definitiva, olvidando el modelo educativo
socialista para dirigirnos a la educación del futuro.
Sandra Moneo es
secretaria sectorial de Educación e Igualdad del PP
En el texto se asume y propaga nuestra enorme tasa de abandono escolar temprano. En general los ciudadanos creen que esto es equivalente al fracaso escolar en la ESO ¿Por qué no explica también que la definición europea de abandono escolar temprano es la salida del sistema educativo antes de los 24 años sin entrar en el mercado laboral? ¡24 años!. En mi opinión el problema no es la salida de la escuela, sino la falta de trabajo al que acceder después de esta.
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